Burlando subió una foto con su equipo de abogados y un detalle llamó la atención

Luego del alegato que se llevó a cabo ayer en los tribunales de dolores, Fernando Burlando subió un posteo a sus redes junto a todo su equipo, pero la aparición de un perro se llevó todas las miradas.

Este miércoles, Fernando Burlando y Facundo Améndola, abogados de la familia de Fernando Báez Sosa, dieron sus alegatos finales en el juicio que acusa a ocho rugbiers de haber matado al joven de 18 años tras salir de un boliche en Villa Gesell.

El abogado estuvo acompañado de un equipo de 13 colegas de su estudio, entre los que estaban su hija Delfina. Al finalizar la jornada, se sacaron una foto todos juntos y un perro callejero se acercó a ellos para sumarse en la imagen que retrataron en la puerta de los tribunales. Esto lo posteó Burlando en su cuenta de Instagram, en donde la acompañó escribiendo:  “Equipazo y él siempre nos acompaña”.

El posteo del abogado sumó más de 70 mil likes, entre los que se encuentran el de muchas celebridades como Claudia Villafane, El Polaco y Ariel Puchetta, además de decenas de comentarios y pedidos de Justicia. Sin embargo, lo que muchos de los usuarios señalaron fue la aparición del perro callejero como una señal: “Miren como los mira ¡Gracias, gracias, gracias equipo! ¡Justicia!”.

“Los animales son sabios… y quién les dice es el alma de Fer que se acerca a agradecerles a través de ese perrito”; “El espíritu de Fernando Báez Sosa está dentro de ese perrito, Dios los guíe, vamos equipo”: fueron otros de los comentarios que realizaron en la publicación.

Algunas de las frases de Fernando Burlando en su alegato

-“Eran sus cazadores, la conquista era el trofeo. Dijeron ´a este me lo llevo de trofeo´. Y el trofeo era Fernando, un chico lleno de ilusiones. Fernando había ofendido al líder de la manada y sus obsecuentes de la violencia lo acompañaban de una manera proactiva. Máximo Thomsen es el líder de esa manada”.

-“Todos asesinaron a Fernando Báez Sosa. Él estaba de rodillas y con sus manos en el piso, levantó su mano y pidió contemplación, clemencia. La respuesta fue una patada en la cabeza. Y otra más, y otra más. Era una bolsa de papas y continuaban castigándolo. Tal vez estaba sin signos vitales, pero insistían pegándole patadas en la cabeza”.

-“Algunos de sus verdugos trataron de borrar evidencia, lamiéndose las pruebas, cambiándose la ropa y advirtiendo que no debían hablar de eso. Luego, comieron hamburguesas. Matar les dio hambre”.

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